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Nuestra Historia

EN LA MEJOR TERRAZA DE VITACURA

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El sabor a la brasa

BEBEQU

Estudié arquitectura en U Católica de Valparaíso y U de Chile Santiago, a pesar de mis intereses que eran dedicarme a la pintura, asunto que retomé poco tiempo después. A principio de los ’90, después de haber diseñado y construido la cadena de videos Errol’s (44 locales en Santiago y 6 en Bs Aires), parto a vivir a Berlín, Alemania, para retomar mi trabajo de arte. Tuve varias exposiciones en distintas ciudades europeas (Paris, Munich, Berlin). Viví y tuve mi estudio en un squat de artistas, un lugar alucinante llamado Tacheles, (sugiero googlear), en donde me impregné del encuentro de culturas y artistas de todo el mundo. En ese entonces retomé mis trabajos de artes visuales y comencé a viajar para conocer la cultura del mediterráneo, incluidos Egipto y Marruecos, en donde me impresionó no sólo la historia sino los sabores, aromas y colores de las comidas. Todo muy distinto a occidente. Fines de 1994 vengo a Chile a montar una exposición en MAC de Santiago, “Códice”. Al año siguiente decido quedarme en Chile y busco un taller. Pero la vida suele señalarnos otros caminos, nos cierra y abre puertas. En Santiago conozco a mi actual mujer, también artista visual. Con ella comienzo una nueva y fantástica travesía, desde el arte a la gastronomía.

Es el año 2000. En medio de una crisis económica, nos tuvimos que reinventar y, arrendamos un local en Paseo El Mañío, Vitacura, para abrir un restaurant Thai, ya que no comíamos carne y era la cocina que adoraba. Pero nuevamente hay un giro y el proyecto se transforma en Cuerovaca. ¿Porqué Cuerovaca? Bueno pues, porque a la fecha nadie había hecho de la parrilla un asunto de innovación, rigor y calidad, la carne por entonces era un commodity. Tuvimos que aprender de carne y a comerla, por supuesto. Recorrimos el sur de Chile buscando criadores de ganado para convencerlos que Chile podría tener la mejor carne de Latam, y lo logramos. Actualmente podemos decir que tenemos las mejores carnes en Sudamérica

Queríamos darle una vuelta de tuerca a la parrilla, al fuego, a las brasas, como sistema de cocción. Con mi mujer seguíamos viajando para impregnarnos de arte contemporáneo y cocinas, tanto de calle como premiadas. Así nos fuimos reencontrando/reencantando con las brasas de cocinas simples pero sabrosas.

En 2005 decidimos abrir un restaurant de comida chilena, pero remasterizada y en un enclave histórico. Nace Cívico en Centro Cultural Palacio La Moneda. Esta vez el local (arquitectura y mobiliario) es diseñado por Cristián Valdés, Premio Nacional Arquitectura. El restaurant se transforma en un hito urbano. En 2011 abrimos un segundo Cívico, en Nueva Las Condes, junto al Centro Cultural CorpArtes. El local también es también diseñado por Cristián Valdés. Ambos espacios y su gastronomía son una exquisitez, un disfrute al paladar, la vista y arquitectura.

Queríamos darle una vuelta de tuerca a la parrilla, al fuego, a las brasas, como método de cocción. Con mi mujer seguíamos viajando para impregnarnos de arte contemporáneo y cocinas, tanto de calle como premiadas. Después de tanta estrella Michelin y 50 Bests, nos fuimos reencantando con preparaciones simples y sabrosas. Cocinas informales, casuales, cálidas, pequeñas, contemporáneas. Nos sorprendía la coctelería propia, distinta, rigurosa, entretenida. Queríamos expresar este antiguo método de cocción, que descubrieron los españoles en su primera llegada. Parrillas que usaban los nativos americanos del norte de Sudamérica para cocinar: BEBEQÛ. Así nace BEBEQU, fines de marzo 2020, a los pocos días tuvimos que cerrar por la cuarentena, pero volvimos a abrir 2021. Quisimos celebrar la vuelta a la vida con un gran bar, BARbq, para hacer juntos una experiencia de sabores, texturas, colores y entretención.
A nuestra cocina, y sin ningún complejo ni chauvinismo, le vamos sumando aquellos sabores mediterráneos de nuestros viajes. Verduras, pescado, pollo, cordero, vacuno, frutas, todo pasa por nuestras parrillas y hornos de brasa, así como las salsas que acompañan cada platillo.
Para nuestra barra, los mejores destilados y cocteles, preparados con rigor farmacéutico y diseñados con belleza visual.
La música electrónica… bueno, eso quedó de Berlin